EL MESTIZO

Ahora tenemos algo más que la crítica a las corridas de toros. La prohibición de las mismas. No porque los toros maten a los toreros que dejan huérfanos a hijos, ídem bastardos, queridas y viudas; siendo después un coñazo tener que aguantarlos penita pena en los diversos programas televisivos, sino porque el toro sufre cuando lo banderillean y lo estocan no ocurriéndole como a los otros que se engordan para matarlos al por mayor electrocutados. Ambos, después se descuartizan y se comen, aunque no tengo yo muy claro si alguien se come el rabo en caldereta de un toro que mató al torero, al igual que la humanidad no come bichos carnívoros excepto los pescaos. Dicha toda esta parrafada, en Banderías homenajeamos a otro pobretón carmonense que se metió a torero y tuvo que ser en América donde le reconocieran sus méritos. Una pena que nuestro Sr Alcalde no hubiera tenido conocimiento de la vida y obra de su paisano cuando criticó al ministro… hubiera podido hacer un alegato de la superación a riquito de los toreros, jjajajaja.