sábado, 10 de diciembre de 2022

ALBERTO

Hoy fui a comprar el pan, y justo al lado de la caja registradora una huchita de esas de lata. Por pura carajotería, de los dos euros que llevaba en la mano,eché la vuelta, para al ser consciente de mi pública ego-magnanimidad, preguntar si mis monedas eran para una Hermandad. Eran para un chaval, Alberto, con una enfermedad de esas degenerativas o algo así. Tampoco creo nadie de los presentes sabía bien de la patología pero sí que solo había tres casos en España, y lo de siempre, en yanquilandia quizás se podría hacer algo. Rasqué mi bolsillo y eché alguna más. Un preso común, de esos que están en las cárceles para su rehabilitación cuesta setenta mil euros al año al erario público. Yo no sé si el Excmo. ha contribuido con algo, si sé que alguna vez en esta ciudad, por las razones que fuera, si contribuyó. 1889.-

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